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Mostrando entradas de 2016

Antes de medianoche

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Parece que el treinta y uno de diciembre se ha convertido en una tradición como día de balance o jornada de reflexión. Lo cierto es que mirando atrás, el 2016 se marcha dejando un año de contrastes, de grandes reencuentros, de cambios personales, de cuestionamientos laborales y de proyectos sorprendentes. También ha sido un año de ausencias sentidas, de desafíos y de vivencias que me han hecho más fuerte. En cualquier caso, le quedan las horas contadas y yo sólo puedo pensar en que el 2017 es sinónimo de una nueva oportunidad para seguir viviendo y cumpliendo sueños, metas e ilusiones. Porque nos digan lo que nos digan, no podemos perder la esperanza de alcanzar lo que queremos y de vivir como queremos hacerlo, a nuestra manera y sin que nadie silencie nuestra voz. Con estas líneas pongo punto y final a un capítulo largo e intenso y preparo la página en blanco para el siguiente. ¿Y con qué voy a llenarla? Con más atardeceres, café, viajes, música, amigos, familia, los

Pues...Feliz Navidad

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Otra vez diciembre, con sus luces, sus calles llenas de gente, los regalos, las felicitaciones y las ausencias. No voy a contaros lo que ya sabéis, porque cada uno lleva consigo su propia historia. Es un mes bastante nostálgico, de esos para lidiar con sentimientos, con pensamientos y con situaciones. Pero en mi opinión es también un mes en el que tenemos una nueva oportunidad para coger fuerza e impulso y sacar lo mejor de nosotros (incluso cuando el viento parece estar en contra). Ya se huele el nuevo año, ¿no os parece? Esta noche quiero haceros llegar a todos y cada uno de vosotros mis mejores deseos, junto con un poquito de esperanza y mucho cariño. Me parece que es un buen momento, diría que incluso íntimo. Por eso, entre el ruido de los que están llegando a casa, la locura que hay en la cocina, los típicos programas de la tele, el móvil que no deja de recibir vídeos e imágenes con todo tipo de mensajes…entre todo ese pequeño caos, me cuelo con estas líneas para

Sálvese quien pueda

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Era como estar delante de una pantalla de televisión viendo uno de esos momentos ridículos de una serie mala en la que uno de los protagonistas tiene una pesadilla a modo de sueño y no puede hacer otra cosa más que observar la escenita con los ojos desorbitados por el bizarrismo del panorama mientras un martillo inexistente revienta su pecho por enésima vez. Pero afortunadamente es eso, una pesadilla. No es real, aunque pueda sentirse como tal. Para contrarrestar sus efectos nada mejor como el aire frío del exterior desde la ventana, incluso siendo lo más desaconsejable para ese maldito resfriado recordado en el estornudo número quinientos trece. ¿Pero qué le vamos a hacer cuando las paredes ahogan? Se ríen los ecos al fondo con un “ya te lo dije”, “mejor pasa” o “no te lo recomiendo”. Siempre queda la satisfacción personal del “al menos hice lo que consideré mejor”. Es algo así como “soy consciente de que esto iba a pasar, pero lo hice de todos modos porque soy así d

¿Qué te mueve a ti?

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Las ráfagas de optimismo son las mejores para mover nuestras velas con más rapidez o para darle seguridad a nuestras alas durante el vuelo. ¿Un ejemplo? Que suene el despertador un lunes muy temprano y en lugar de remolonear, salte disparada como un resorte para empezar el día con ganas…con muchas ganas. Considerar que hay algo más allá de las limitaciones que nos hemos puesto nosotros mismos no es tarea fácil, pero cuando se da el primer paso todo parece menos imposible. Obviamente hay factores que nos afectan directamente, tanto para frenarnos como para impulsarnos. A mí me mueven muchas cosas, algunas de manera tan intensa que me provocan vértigo… un subidón de adrenalina de esos placenteros.  Un consejo en el momento adecuado, un sentimiento que se escapa de los labios, una palabra de ánimo, una canción en acústico, la magia de una sonrisa, el beso de una mirada, el pellizco de una ironía o la caricia de un guiño. ¿Qué te mueve a ti? [ Ha vuelto a notar el pá

Último intento [en movimiento]

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[Crees que te estás moviendo. Podría decirse que literalmente estás dando un paso detrás de otro, pero… ¿de verdad lo estás haciendo?]  Y es que suele pasar… pensamos que sí, cuando en realidad es el resto del mundo el que se mueve y sigue girando. Mientras tanto estamos ahí, atrapados en un punto intermedio del que no somos conscientes hasta que un día algo explota para advertirnos de lo que está pasando. Entonces te asaltan a traición los cuestionamientos, las decisiones, las dudas…Te preguntas porqué estás aquí y no en otra parte, qué fue lo que frenó tus ganas, en qué momento te perdiste en aquel camino, dónde quedó tu fuerza de voluntad y en qué narices estabas pensando cuando decidiste darte por vencido o guardar en el cajón aquel recuerdo junto a los proyectos que tenías en mente. Fue como si hubiésemos pulsado el botón de piloto automático, como si hubiéramos anestesiado los sentidos, silenciado las palabras, escondido los sueños, olvidado el roce y los besos.

Detente y mira [pero mira de verdad]

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¿Qué hora es?... ¿Qué día es?... ¿Qué harás el fin de semana que viene?... ¿Y el próximo verano? Qué obsesión con pensar siempre en todo menos en este momento. Y es que tenemos la mala costumbre de vivir pendientes de horas, días, fechas (y aún peor…de expectativas. Pero de eso ya hablaremos otro día). Todo acaba girando en torno a la planificación de los próximos tres años antes de la lectura de una tesis, el cumpleaños de un amigo, la siguiente boda que toca, cuándo será el festivo más cercano para ver si hay puente…y así podría continuar enumerando eventos. Está claro que siempre los habrá, tanto si queremos como si no. El caso es que deberíamos de pasar menos tiempo pensando en lo que todavía no ha llegado y centrarnos más en disfrutar lo que estamos viviendo ahora. Porque el tiempo que pasa no lo recuperamos: llega, nos mira a los ojos para que le prestemos atención y luego se marcha. Así de fácil y rápido, sin contoneos ni tonterías. Puede que hoy sea el día par

Negación rotunda, afirmaciones utópicas

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Una de mis sensaciones favoritas del mundo es despertarme con música: una canción programada en un despertador, los acordes de una guitarra junto a mi cama, una melodía tarareada cerca del oído e interrumpida por una risa especial…tantas formas diferentes de sentirse bien y que cuestan tan poco. Una chispa de originalidad, de pasión genuina, de marcar la diferencia. Porque con tanta prisa a veces se nos olvida que las cosas más simples son las que más valor tienen, las que hacen que sintamos cosquillas debajo del corazón o vértigo hasta en el pelo. Quédate con eso (sí tú, que estás leyendo), con los detalles chiquititos y con quien te los provoque. Que no hay nada más grande en este momento que la sensación de alegría que te ensancha la sonrisa, los pulmones y hasta el alma. [ El eco de la vibración de las cuerdas. Una emoción contenida. Un pensamiento ridículo. Ella y su negación rotunda jugando a las afirmaciones utópicas ] Siempre, Dai* P.D: Dedicad

Buenos comienzos [...y buenos días]

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Echaba de menos este lugar. Volver aquí siempre es como regresar a mi pequeño pedazo de paraíso personal, a mi rincón de pensar y al sitio donde juegan mis recuerdos. Durante las últimas semanas han pasado tantas cosas emocionantes que siento que mi vida ha cambiado en todas sus facetas, sacando el brillo a las ideas para colocarlas en el camino de materializarse, devolviéndome a personas con las que tengo una conexión especial, aclarando dudas que estaban estancadas y hasta regalándome las alas de la independencia. Agradecida es poco. Lo cual me lleva a… ¿no os ha pasado nunca que de repente todas las cosas a vuestro alrededor se empiezan a mover de tal manera que inevitablemente os afecta y os cambia hasta el punto de ayudaros a evolucionar? Y cuando hablo de evolución me refiero claramente a ese movimiento positivo hacia adelante, esa sensación de claridad y de extraña confianza que comienza a florecer en nosotros sin que sepamos cómo (cuando en realidad esa confia

“¡Peligro! No la líes”

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Una señal de alerta junto al mar: desprendimiento de rocas. Clara, concisa y comprensible. ¿No podríamos encontrar más señales así en el camino? ¿O le quitaría todo el encanto al desencanto? No me malinterpretéis, tampoco hace falta pedirle a la vida un manual de instrucciones, pero no sería una mala idea que de vez en cuando fuese un poquito más generosa en cuanto a los cartelitos y las señales de advertencia.  Y es que vivimos de manera tan dispar, somos tan diferentes que no reconocemos las mismas cosas aunque las tengamos lo suficientemente cerca como para no tener dudas. Además, la percepción cambia entre individuos, lo subjetivo e incluso lo que en teoría es objetivo varía en ti, en mí y en todos los demás de aquí a, como algunos dicen, la "china popular". Insisto en que no pido un informe detallado, solamente una lucecita, un bip , una ráfaga de aire repentina, no sé…un “algo” que nos diga “¡peligro! No la líes”. Porque después de todas las cosas que

Contrastes y Descubrimientos

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Es curioso cómo se nos pasan los días, entre la música al despertar, el olor a café, el tráfico, la brisa de la mañana, escaleras, odiosos ascensores, extraños conocidos y desconocidos… El reloj sigue andando, a su ritmo constante, y las manecillas nos observan mientras nos preocupamos de cosas que no son tan importantes. Tengo la teoría de que cuando mejor se lo pasan es cuando nos atrevemos a hacer cosas diferentes, cuando somos menos egoístas, cuando hacemos lo que nos sienta bien. Hace unos días, en otra ciudad, tuve la oportunidad de verlo todo desde arriba, desde un ángulo diferente. Hay tantos caminos y tantas alturas que me da un poco de vértigo.  El tiempo pareció detenerse un instante mientras estaba en lo alto…y luego prosiguió. Fue una lección, la número tropecientos mil y alguno más: nada de expectativas, aunque lo sepas (o aunque creas saberlo). Nada de nada. No perder el balance, no perderse en esencia. Y es que el contraste es el maestro de las palmadi

Improvisación y Noches de Verano

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Hace falta una risa cómplice, un par de miradas locas y el resultado es evidente: las buenas costumbres de los viejos tiempos vuelven a la acción. ¿Cómo una tarde puede cambiar los planes de varias vidas? Esa es la magia que no se debe perder. No falla, la chispa que se enciende con las locuras es sinónimo de diversión asegurada. Un atardecer junto al mar, el inicio del verano, los buenos amigos, los pensamientos en la distancia y la sonrisa en la cara. Para que luego digan que en la vida hay que organizarse siempre…ni caso. Seamos selectivos, que la planificación sea básica y la improvisación se convierta en el combustible que dé impulso a las idas de pinza, las escapadas, los viajes, los sueños y todo lo que queráis añadir a la lista. ¿Qué podéis perder si lo intentáis? No nos quedemos estancados en “y sis”. ¿Quiero? Voy, intento, digo, salto, beso, abrazo, bailo…y todo lo demás que observe mientras me río y sigo viviendo. Porque vida hay una y yo no me la q

Cosas Inevitables (Vol. 1)

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Que los interrogantes del camino no sean los que te condicionen a no llegar hasta donde quieres llegar. Que las dudas no encuentren en tu mente un lugar de residencia y que los miedos pasen de largo en cuanto te miren directamente a los ojos. Que los espacios que separan nuestras ideas desaparezcan en un abrazo improvisado, porque cuando hay entendimiento todo fluye sin forzarlo, sin que sea fingido. Y es que lo que es poco convencional es lo que más me fascina, lo que me hace cuestionarme hasta lo impensable. Por eso es inevitable que no pueda dejar de mirar, de escuchar e incluso de recordar los detalles, lo que hace que todo sea diferente. Tan atrayente para mí como las buenas sensaciones, las estrellas, los viajes improvisados o las locuras incontrolables. [ Caminaban dejando huellas invisibles, entre confidencias que se mezclaban en la arena, mientras el mundo seguía girando. ] Siempre, Dai* P.D: Días especiales y una noche mágica de San Juan. De

Reflexión tropecientos mil

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La gente y su estúpida manera de hacer las cosas…o quizá yo y mi estúpida manera de hacer las cosas. Te preocupas de detalles tan pequeños que ni si quiera necesitan atención, cuando lo que realmente debería de sacudirte los esquemas es el aquí y el ahora. ¿Cuánto tiempo?... ¿Cuántos momentos?... ¿Cuánta vida?...Los cuestionamientos están muy bien cuando tocan, pero no como regla general casi obsesiva. Y es que tengo la impresión de que se dibujan flechas en el camino, se encienden luces en lugares inesperados, suena la canción perfecta con ese mensaje que te pilla por sorpresa. Parece que lo más loco y lo más sensato  al mismo tiempo sería, simplemente, dejarse llevar. Mientras tus reflexiones se pelean entre ellas, otros pensamientos lejanos y ajenos se centran en  estudios varios, circunstancias que pueden cambiar el rumbo, quizá el detonante que rompa la burbuja de inseguridades…¡Y ya me he vuelto a perder! Conclusión doce líneas después: vive. Como venga,

Deja tu huella

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Desafía a tus miedos y hazles la vida imposible. Atrévete a pensar que eres capaz, porque lo eres. Mira por un instante atrás y asómbrate de todo lo que has logrado, de lo lejos que has llegado y siéntete aún más vivo. Conquista a tus inseguridades con la mejor de tus sonrisas, sorpréndelas sintiéndote cómoda en tu piel y déjalas sin palabras. Quédate con las sensaciones que van despacio, las que de repente se aceleran, las que ponen tu vida del revés para que sea más coherente y equilibrada que nunca. Porque por muy loco que suene, lo más bonito que puedes hacer con tu vida es vivirla a tu manera, llena de originalidad, de tus manías adorables y odiosas, de sentimientos que hacen que valga la pena y que tenga sentido, que sea emocionante, apasionada y auténtica. ¡Que sea tuya! Deja tu huella. [ Abrió los ojos antes de tiempo, cuando el sol empezaba a colarse inquieto y sin permiso entre las persianas…y a pesar de ello, no fue la primera. Ya la estaban observando

Incluso mi luz y mi oscuridad

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Entorno los ojos y respiro profundamente. Los abro y la bipolaridad me da un buen empujón: ¿será cuestión de transitar el camino despacio, sintiendo cada paso, o correr por una carretera poco transitada olvidando dónde está el límite de velocidad? En ambos casos la adrenalina se dispara, tanto en las sensaciones que viajan desde las huellas que dejas y que recorren todo tu cuerpo, como en el subidón descontrolado que asciende por la espalda al no sentir los frenos marcando un tope. La vida nos hace viajar de todas las maneras posibles, con urgencia o con paciencia, porque cada día seguimos moviéndonos, de aquí para allá, con nosotros, vosotros o ellos. Cada mañana nos da un beso en la frente y la jornada comienza en el punto de partida. A veces conocemos el sendero o la dirección, la mayoría hasta de memoria, y otras simplemente se tuerce, cambia de sentido o nos manda por una vía de servicio, una carretera secundaria o un laberinto sin sentido. Sé a dónde qui

De la paciencia, felicidad y otras drogas

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Siento que ya no queda mucho tiempo para llevar jersey, ni para seguir anclada en el mismo sitio ni en las mismas situaciones. Es como si las luces delante de mí me recordaran cuál es el camino que debo seguir, sin más excusas y sin limitaciones, porque es el momento de aprovechar lo que la vida me está ofreciendo sin ser la misma boba que ha dejado pasar grandes cosas por sus estúpidos cuestionamientos mentales en bucles. Sí, justamente así soy yo, indecisa para unas cosas, firme y decidida para otras, impulsiva, obstinada incluso sin querer, despistada a ratos y una profesional en eso de darle vueltas a las cosas hasta que puede intuirse el humo de lo quemadas que están. Pero por todo esto, por las imperfecciones, puede que haya llegado el momento consciente de mejorar, de ser una mejor versión de mí. Quizá así despegue y alcance todos esos sueños que están medio dormidos entre pensamientos aleatorios. No más noches sin dormir como debo, no más trabas, no más miedos

Nota Mental [dos puntos]

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Cierra el pico, que no se escape lo que no debes decir. Aunque se amontonen las palabras y no soportes como presionan contra los labios. Porque por mucho que queramos vivir el momento, tampoco es cuestión de que la insensatez inmole todo lo que hemos construido. Y a pesar de que soy la primera que dice que la vida es corta y que no debemos perder ni un segundo, quizá en esta ocasión la lógica tenga algo que decir al respecto. Puede que éste sea el momento de tragarme la impulsividad y hacer lo que no me gusta hacer: nada. ¿Impropio de mí? Sí. Pero dicen que para todo hay una primera vez, y a lo mejor ésta es mi lección. Mientras me dedicaré a observar, ojear entre pensamientos y preguntarme una vez más “ ¿En qué estabas pensando? ”. Y es que resulta irónico que lo correcto sea lo más estúpido que has hecho nunca y al mismo tiempo lo más noble. Nota mental para lo que me reste de existencia: déjate de cuestionamientos y tonterías, haz lo que quieras hacer y que

Demencia febril [y otras excusas]

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Pensamientos en la cama, de madrugada. Pensamientos que llenan el vacío, que se cuelan entre las sábanas silenciosos y que no me dejan dormir. Pensamientos que me hicieron recordar un sueño. ¿O quizá no lo soñé?   [ Vuelta número uno…dos…tres…mil…La pared sigue siendo la misma por mucho gire. Ella cierra los ojos con fuerza. ¿Será que todos los pensamientos acaban siempre allí, contra la pared? ] Tres días de fiebre han sido más que suficientes para traerme demasiada información que estaba en  off,  o en  mute , o considerada “clasificada”, “amordazada” e incluso colocada en la caja de “cosas que debería olvidar por el bien de mi salud mental”. ¡Maldita fiebre traicionera! Hundo la cabeza en la almohada un poco más, a ver si consigo que se ahoguen las imágenes y las palabras…pero no funciona. ¿Entonces? Ah, claro. Toma momento de “permíteme que insista, y piénsalo un poco más”. ¿Decapitación propia? No…demasiado radical. ¿Solución?  [ Y contestó s

"¿Contigo? Yo quiero"

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Tener opciones siempre nos da una combinación compleja de sensaciones, una mezcla de (in)seguridad, pero a su vez de cierto miedo y dudas. Es inevitable pensar que si elijo una cosa perderé otra, o que si abro una puerta ya no podré volver atrás. Así pues, debemos estar preparados para cualquier cosa, porque si de algo estoy segura es de que con el paso del tiempo hay que intentar dejar a un lado los “y sis” y pensar en lo que realmente queremos, en lo que nos da seguridad real, lo que nos hace felices y lo que creemos (y muy en el fondo nuestra intuición nos lo confirma) que será mejor para nosotros. Puedo asegurar que soy más feliz desde que me atrevo a actuar sin cuestionarme todo el tiempo, desde que rompo fronteras limitantes y construyo puentes que unen, desde que dejé de pedir permiso y desde que sigo sorprendiéndome a mí misma con cosas que jamás pensé posibles. No dejéis en manos de otros lo que únicamente está en las vuestras, y eso incluye uno de lo

Vida contenida [y minutos suicidas]

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Tiempo contradictorio, igual que los días como hoy. El calor del sol peleándose con el aire gélido que ha tardado tanto tiempo en llegar, como las ideas que discuten y no llegan a ningún acuerdo, que me frenan aquí delante sin saber qué hacer primero. ¿Debería preguntar o simplemente caminar? Si haces porque haces, y sino porque no lo haces. El caso es no atinar en el intento, de repetir el mismo tiro libre y que ni si quiera se acerque a ser un tanto. Una diversión para los de ahí arriba, como la melodía incomprendida de aquel anuncio sin sentido o ese gran libro desconocido por no ser comercial. Otra tarde que va, en la que no sé si bien o mal, si blanco o negro, si aquí o allá. Una vez más las dualidades se impusieron y me dejaron igual que siempre, con ese sabor agridulce  que he aborrecido ya. [ Tanta vida contenida, tantos minutos suicidas…Ella cogió el abrigo y el bolso apresuradamente. Movimientos rápidos y el sonido de la puerta cerrándose a sus espaldas

Cancelar [o liberar]

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Cancelaciones. Parece una palabra negativa con un gran abanico de connotaciones que son aún más deprimentes. Pero no todo es gris y deslucido. A veces hace acto de aparición una de esas “cancelaciones” y de repente caes en la conclusión de que no es tan malo como pensabas. Es como si la vida te dijera “te regalo un ratito más para que hagas lo que quieras, pero úsalo bien”.  Y así me he encontrado esta tarde, con una cancelación de frente y unas horas que no podían venirme mejor. Esa sensación de tiempo ralentizado, de una taza de té caliente, mantita, mi música y poder escribir. Introspección momentánea, nostalgia incomprendida y una chispa de deseo culpable a la que le he tenido que pedir discretamente que bajase la voz. Ojalá tuviésemos la posibilidad de vivir de forma más equilibrada, con ese balance perfecto entre el trabajo y el tiempo para nosotros, para escucharnos con más atención y cuidar de lo que tenemos. Mira que soy ingenua…y qué ideas más descabelladas

La Chica de las Tres Décadas

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A falta de las horas pertinentes, pero de carácter oficial, puedo decir que la chica de letras es también la chica de las tres décadas. ¿Pero cómo ha pasado esto?  [*** Feliz ***] Una demostración más de que el tiempo no corre, sino vuela, y que lo único que podemos hacer es no olvidarnos de vivir mientras va transcurriendo sin esperar “momentos perfectos”. En su lugar, debemos aprovechar todos y cada uno de ellos conforme se van sucediendo. El ocho de enero se convierte año a año en una masificación de buenos deseos, de demostraciones afectivas increíbles y de un recordatorio de que hacerse mayor es genial cuando tienes a tu alrededor a las personas que quieres para hacerlo. A fin de cuentas es lo más importante. Aprovecho estas líneas para dar gracias a todas y cada una de ellas, a familiares, amigos que son familiares porque así lo siento, compañeros y mi gente en general. Gracias a la vida por regalarme lo más preciado, que es ese amor incondicional en t

Minutos que no descansan [y otras distancias]

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Se dan por concluidas las fiestas navideñas de este año. Han tenido de todo: les ha faltado una presencia importante, han sobrado enfados y  algunas decepciones. Pero afortunadamente he tenido alegrías, abrazos, cariño desbordante y personas insustituibles a mi lado. Diría que el balance final ha sido positivo. [ El tiempo había decidido independizarse, crear su propia república y convocar una maratón para ese día. Las horas, simplemente, volaban. ] ¿Y ahora qué? Acaba de empezar el año y creo que en el ambiente se respira una extraña sensación de lentitud, como si faltara energía para caminar. Pero hay que ponerle remedio, buscar dentro el impulso y sobretodo la decisión para seguir avanzando. [ Ella jugaba con la costura del sofá. Y pensó de forma irónica: “Mi reino por un té caliente” ] Digamos que hoy es un buen día para coger carrerilla y saltar de lleno sobre el dos mil dieciséis. Démosle un poco de intensidad, de magia, de novedad y de buenos propósitos.

Abrazos de Caramelo

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Noche de reyes. Noche de reinas. Noche de tradiciones. ¿Pero cuáles exactamente? Me gusta pensar que con el paso del tiempo cada vez somos más auténticos y creamos las nuestras, propias, originales, diferentes pero a su vez con un toque de lo que nos enseñaron nuestros padres. Algunas cosas no se deben perder, porque son parte de nosotros y lo que le da sentido a quiénes somos. El valor no está en los regalos, ni en las comidas, cenas ni sucedáneos. Está en la gente con la que nos reunimos, en los abrazos que nos damos, en las sonrisas que regalamos y en los momentos que compartimos juntos. Eso es lo bonito de estos días, pero deberíamos ser capaces de ir más allá y de extrapolar todo esto al día a día, para que la magia dure todo el año y el cariño no sea algo puntual ni comercial. Por eso esta noche voy a sacar mi complejo de caramelo una vez más, para seguir siendo fiel a mí misma. ¿Cuánta gente habrá en el mundo perdiéndose el calor de un abrazo? ¿Cuántas personas

Nuevos horizontes

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He decidido empezar mis publicaciones de este año el dos de enero, así evito que se ponga celoso del tan popular “día uno”. El 2016 ha comenzado con las rarezas propias que me acompañan, como si las horas se fueran desperezando entre las sábanas y bostezando una a una intentando coger impulso y energía para enfrentar todo lo que viene por delante. He traspasado la puerta del año con paso firme y a cambio he recibido una palmadita en la espalda a modo de “venga, que la vamos a liar”. Voy escuchando la música de fondo, mi banda sonora preferida, y respirando un extraño (pero esperanzador) aroma a cambios positivos. Casi diría que una media sonrisa me delata, porque tengo ganas de reír después de todo. Vuelve el brillo en la mirada, la fuerza innata y mi apetito voraz por el mundo. Si tuviera que hacer una lista de “cosas que hacer en el dos mil dieciséis” creo  que me resultaría casi imposible teniendo en cuenta mi imaginación desbordante y esa inquieta mente mía que si