Minutos que no descansan [y otras distancias]

Se dan por concluidas las fiestas navideñas de este año. Han tenido de todo: les ha faltado una presencia importante, han sobrado enfados y  algunas decepciones. Pero afortunadamente he tenido alegrías, abrazos, cariño desbordante y personas insustituibles a mi lado. Diría que el balance final ha sido positivo.

[El tiempo había decidido independizarse, crear su propia república y convocar una maratón para ese día. Las horas, simplemente, volaban.]

¿Y ahora qué? Acaba de empezar el año y creo que en el ambiente se respira una extraña sensación de lentitud, como si faltara energía para caminar. Pero hay que ponerle remedio, buscar dentro el impulso y sobretodo la decisión para seguir avanzando.

[Ella jugaba con la costura del sofá. Y pensó de forma irónica: “Mi reino por un té caliente”]

Digamos que hoy es un buen día para coger carrerilla y saltar de lleno sobre el dos mil dieciséis. Démosle un poco de intensidad, de magia, de novedad y de buenos propósitos. Vivamos aquí y ahora, empezando por este momento, porque nunca sabemos si “después” se convertirá en un “demasiado tarde”.

[Murmullos de gente y acordes lejanos. Un espacio infinito rebosante de posibilidades a una caricia de distancia. Destellos de luz en la mirada y picardía en los labios. Y dijo ella: “salud”]
Siempre,

Dai*

P.D: Dedicado a esas personas que con sólo mirarme ya saben lo que estoy pensando :)

[Suena: The Smashing Pumpkins - "Never let me down again"]

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