Entradas

Mostrando entradas de 2017

¿Lo ves? ...¡Allá vamos!

Imagen
Otra vez estoy sentada delante de estas teclas para hacer balance, para echar un vistazo a los momentos que me han dejado los últimos doce meses. Lo cierto es que el 2017 ha sido un año de sorpresas, de no dejarme indiferente, pero por encima de todo de enseñarme que las lecciones que años atrás no parecían tener sentido, lo tenían. Y he aprendido. Un montón. Pero como siempre, el aprendizaje es una cosa muy personal, de cada individuo, con sus ritmos propios y sus avances progresivos. Así que por ello, no puedo mirar a los últimos meses sin tener en cuenta los últimos dos años de mi vida (básicamente desde entonces, desde aquel punto de inflexión, siento que he crecido con una visión más profunda y significativa). No voy a hablar mucho más de ello, simplemente me quedo con todo lo bueno. Así, mi balance del año lo resumo en que no hay que tener miedo a los cambios, sino que debemos atrevernos a ir más allá de nuestra zona cómoda y conocernos todavía más en otros ámbi

Una vez en la vida

Imagen
Cuántas veces he escuchado eso de “hay trenes que solamente pasan una vez en la vida”. Me pregunto entonces… ¿cuántos habré dejado pasar? De forma consciente o inconsciente, no creo que fuese capaz de decir una cifra concreta. El dicho más que conocido, que las oportunidades pasan una vez y hay que aprovecharlas. Pero, ¿y si no estás preparado? ¿Y si ni si quiera sabes que es una oportunidad porque no la ves? ¿Y si…? ¡Ahí está! ¿Cómo iba a ver la oportunidad que tenía delante? Yo fijándome en trenes, cuando la oportunidad para mí… ¡era un barco! Y es que nos pasamos tanto tiempo observando lo convencional, lo que la sociedad nos dicta, lo que creemos que es “normal”, que nos perdemos nosotros y lo que realmente es valioso. Hasta que no entendamos que todos somos distintos y que tenemos una forma propia y genuina de ver la vida…seguiremos de pie en la estación equivocada, en la puerta de embarque errónea, en la línea de metro circular o en la carretera cerrada

Factor Sorpresa [Vol. I]

Imagen
No quería dejar pasar la oportunidad de plasmar la huella que me ha dejado este fin de semana. Me he inventado este hueco para poder hacerlo, porque últimamente no he tenido tiempo de escribir tanto como me gustaría. Pero os garantizo que lo de hoy merece la pena. El sábado fue uno de esos días mágicos, no sólo porque se casaron dos de mis mejores amigos, sino por la gran lección de amor que nos regalaron a todos los que tuvimos la suerte de acompañarles en ese día. Son una de esas parejas que empezaron sin hacer mucho ruido y que poco a poco se fue consolidando año tras año, incluso cuando algunos no apostaban a favor de su relación. El tiempo demostró que cuando los sentimientos son auténticos la vida se encarga de que sus pasos sean acompasados, el amor cada vez más fuerte y las vivencias inolvidables. Me cuesta expresar con palabras lo que se vivió hace dos días, porque fue mucho más que un enlace. Soy afortunada por tenerles en mi vida y por haber compartido con ellos un

Ausencias [y el mar de Alborán]

Imagen
Las ausencias son esos vacíos que encontramos en nosotros y que a veces no sabemos qué hacen ahí o de qué manera podemos llenarlos (si es que eso es posible). Tienen varias formas: temporales, intermitentes o permanentes. Estoy segura de que sabéis a qué me refiero, pero por si quedara algún atisbo de duda…he aquí un ejemplo. Podría contaros que he estado ausente temporalmente (y, creedme, he sentido este vacío en mí). En ocasiones es necesario, para recargarse y volver con más fuerza o simplemente porque las circunstancias no permitían que fuese de otra forma. Me atrevería a decir que las ausencias tienen una parte negativa y otra positiva. El lado negativo aparece cuando la ausencia es permanente y se convierte en un lugar recurrente en nuestro pensamiento, en un vacío que adopta la forma de una herida abierta que nos provoca dolor. Lo peor del caso es que llegamos a pensar que nunca dejará de doler y que notaremos sufrimiento en cada palpitación de ese proyecto de

Traspasando barreras

Imagen
Hay sensaciones en la vida que no se pueden describir, aunque nos esforcemos por encontrar calificativos que se acerquen ínfimamente a la realidad. Esas son las mejores, precisamente porque no las podemos etiquetar. Eso las hace más valiosas. Únicas. Desde un paseo por la arena y las historias de tu playa favorita, disfrutar de un atardecer con música de fondo una tarde despejada, ver las estrellas una noche de verano escuchando el mar de fondo, las cosquillas bajo el esternón, un subidón de adrenalina ante algo inesperado… Podría seguir con la lista, pero estoy segura de que ya te estás haciendo una idea de por dónde voy. Dentro de ti sabes perfectamente de lo que hablo. Quédate con eso, siéntete vivo, porque nunca sabes qué pasará mañana. Así que disfruta de lo inexplicable, de lo que te mueve y de lo que te hace cuestionarte todo aquello que te ayuda a crecer y a ser mejor. [ Lo hemos visto miles de veces: en los libros, en las películas o en el teatro. Pero a

Hoy [...ayer y siempre...]

Imagen
Por si acaso mañana es demasiado tarde. Porque lo cierto es que solamente tenemos hoy.  [Hoy he vuelto a escuchar tu voz, danzando entre los acordes de esa guitarra, acariciados por tus dedos. Hoy he vuelto a viajar a través de la música, recortando por un momento todas las distancias que nos separan. Hoy he vuelto a sonreír recordando los días en los que te observaba haciendo de las tuyas, inventando instantes que sólo tienen sentido para nosotros. Hoy he vuelto a perderme entre ideas alocadas, prohibidas, inviables y casi imposibles, pero en todas ellas estabas tú. Hoy he vuelto a echar de menos tus caricias en mi pelo, tu abrazo interminable, tu mirada que desarma y los besos que me hacían reír. Hoy he vuelto a ser consciente de que eres diferente, de que somos como imán y metal, y de que aunque cueste, las cosas son así. Hoy he vuelto a irme a dormir imaginándote en mi cama,  compartiendo esta almohada, sintiendo tu respiración en mi nuca y la tran

Inspiración [y la Ley del Impulso Nervioso]

Imagen
Me respondió con una pregunta. Era una trampa. De las buenas. Efectiva nivel bomba nuclear, camuflada entre mayúsculas, minúsculas, acentos, comas y signos de interrogación. Fue una de esas preguntas que es imposible eludir, que te genera más cuestionamientos e ideas que no puedes ignorar. Sería un delito dejar pasar la oportunidad de escribir sobre ello, o por lo menos de dejar unas líneas sobre parte de la idea general. Quizá podría resumirlo en “ ¿qué nos inspira?” . Pensadlo bien. ¿Son las emociones? ¿Nuestro entorno? ¿La sociedad que nos limita o nos impone cánones? ¿Los sonidos? ¿Los colores? ¿Los olores? ¿Las sensaciones? ¿Todo? ¿Nada? Puedo deciros que todo lo anterior me mueve, me remueve, me conmueve y desata torbellinos, pasiones, recuerdos latentes y saca lo mejor y, a veces, lo peor de mí (entiéndase “peor” como aspectos del ser que palpitan en una frecuencia baja de forma puntual). Nadie es perfecto y todos tenemos momentos buenos y no tan buenos. Es ley

Palabras y miedos

Imagen
Una de las cosas más estimulantes de la vida son las buenas conversaciones, las de verdad, cara a cara, leyendo entre líneas las arrugas y las comisuras de los labios. Curiosamente, con el paso del tiempo parece que hemos descuidado las buenas costumbres y acabamos muriendo frente a una pantalla, ya sea por la lejanía, los horarios incompatibles, la rutina que quema, la falta de tiempo, de ganas o simplemente el frío del desinterés. [ "Con café todo sale mejor, sí..." ] Puede que sea ésta la razón por la que valoro más esos instantes de distancias cortas, de palabras cargadas de intenciones y de silencios que hablan en voz alta para que prestemos atención. Os contaré algo llamativo de dos conversaciones que he tenido recientemente y que me han llevado a sacar algunas conclusiones que reafirman mi idea de que los seres humanos seguimos teniendo en común más de lo que pensamos. Lo resumiré diciendo que perdemos gran parte de nuestro valioso tiempo bloqueados