[···...La Chica de Letras ...···]

                  Hay lugares que nos marcan de manera especial. A lo largo de este viaje he estado en ciudades increíbles, con rincones realmente mágicos. Uno de los sitios en los que he tenido uno de mis momentos de reflexión ha sido en las escaleras del Lincoln Memorial (sin duda, espectacular y mágico en todos los sentidos).                   Poner tu vida en una balanza no siempre es fácil, especialmente a lo hora de separar lo que quiero conservar y lo que quiero desechar (los que me conocéis ya sabéis lo mucho que le doy vueltas a todo, pero qué le voy a hacer, así soy yo). Sabía que este viaje me iba a servir para poner tierra y océano de por medio, para tener tiempo y estar a una distancia considerable de todo y de todos.                   Y así ha sido. Me siento diferente, renovada y con una visión panorámica de mí misma y de las cosas que realmente importan. Todavía me quedan unos días para disfrutar de este lugar con unas personas maravillosas que han marcado un an

A veces hay que dar un paso adelante para confirmar las sospechas. Otras veces hay que cruzar un océano...y así puedo decir que a pesar de lo que la gente me haya dicho en el pasado, sin duda lo que estoy viviendo aquí y ahora es lo que me imaginé y mucho más. En el mundo hay personas realmente maravillosas, personas que te ayudan a crecer y te colman de cosas buenas que hacen que te sientas afortunado/a. Me siento inmensamente feliz y bendecida por haber encontrado en este momento en mi camino a gente que está dejando huella en mi vida y espero que sigan en ella para siempre.  Lo mejor de todo es que a pesar de los rascacielos, las luces de neón, las avenidas interminables, las casas de ensueño y un largo etcétera, la esencia de cada persona permanece intacta (incluso la mía, en contra de lo que algunos puedan pensar). Porque aunque todo me maraville, creo que sé usarlo a mi favor para disfrutarlo al máximo y sacarle partido a todos y cada uno de los instantes que me está reg

Estoy a menos de veinticuatro horas de salir volando. ¡Qué grandiosa es la sensación de volar! Aunque en mi caso voy a volar literalmente (entiéndase como volar en un avión) también hay muchas otras formas de volar o de sentir que se está volando. De hecho, desde hace un tiempo tengo la sensación de que mis pies tocan el suelo intermitentemente. Supongo que son las alas que da la felicidad. Pero de todo esto acerca de volar ya os hablaré próximamente. Es muy probable que me ausente por aquí y no por voluntad propia, sino porque será complicado escribir desde Nueva York. En cualquier caso, nunca digas nunca ( y más siendo como soy). Nuevas crónicas y un nuevo capítulo en mi vida. Emocionante es poco. Mientras tanto…a ser felices. [ Aquella maleta era un auténtico dilema. Mientras seguía dudando sobre qué meter en ella, un par de frases acertadas e inesperadas se colaron directamente en su interior junto a la imagen de una noria. Y dijo ella: “Tendré que tener cuid

A mi cuenta atrás personal se le están acabando los minutos. En menos de dos días estaré volando hacia el lugar donde llevo queriendo ir desde que era muy pequeña. Me entusiasma volar ‘al otro lado del charco’. Se avecinan semanas de diversión, de descubrimiento, de visitas, de sorpresas y de cumplir sueños. Si algo está teniendo de especial este verano es precisamente eso, el hecho de ver con mis propios ojos como poco a poco voy viviendo todo lo que siempre he querido vivir. ¿Cómo se procesa todo? Eso ya es otra historia. Aún no he tenido tiempo de ser consciente de todo lo que llevo vivido hasta este momento. Grandes cúmulos de intensidad, alegrías compartidas, horas que pasaron volando…Definitivamente, mucho que procesar…pero con calma. [ La maleta permanecía abierta sobre la cama. Ella volvió a mirar la pila de ropa que esperaba a ser colocada allí dentro. Y dijo: “La verdad es que no tengo ni idea de que llevarme”. Unos segundos de silencio se deslizaron en

Llevo pidiendo vacaciones para poder tener tiempo para hacer cosas y cuando por fin las tengo sigo sin tener tiempo para hacerlas porque tengo otras que, a mi parecer, son más prioritarias. Conclusión: las vacaciones son una excusa para posponer cosas que has pospuesto previamente. Fin. Menos mal que las cosas prioritarias sonríen, abrazan, vienen acompañadas de largas y agradables charlas, pasean, idean planes geniales…Si me paro a pensarlo, las otras cosas que implican colocar objetos inanimados en cajas, mover otros a armarios, etcétera, pueden esperar un poco más. Como siempre digo y por supuesto reitero, debemos quedarnos con los pequeños momentos de felicidad de cada día. Y pese a los contratiempos…qué bonito es seguir creciendo, creando recuerdos y formando parte de la historia de los que más nos importan. [ No todo es tan malo como parece. Sólo hay que saber mirarlo desde el ángulo más positivo. Y dijo ella: “Algunas personas carecen de juicio. Otras lo c

Girar el interruptor mental de vez en cuando está bien [Off]. ¿Y ahora qué se puede hacer? Coche y carretera. Es una buena medicina sobretodo cuando al otro lado de la carretera están tus amigos. Tengo que cambiar algunas cosas de mí, lo sé. Hay una que llevo mucho tiempo arrastrando, uno de esos defectos que no me gustan: darle demasiadas vueltas a todo. Al final acabas creando problemas que no existen y planteándote situaciones que nada tienen que ver con la realidad. La imaginación y otras cuestiones, mejor en su justa medida. Voy a dar un paseo con la mía, a ver si así entiende que la palabra ‘vacaciones’ es importante. Quizá pueda dejar parte de mis defectos en la cuneta para que empiecen su propio viaje sin mí. [ Se vistió casi por inercia. Aquella habitación sólo conseguiría contener pensamientos rebotando una y otra vez en las paredes. Abrió la puerta y respiró profundamente. Y dijo ella: “Bien…vamos allá” ] Siempre,  Day*  P.D: Dedicado

¿Cuál es la constante común del noventa por ciento de la población de este país estos días? Sí señores, eso que no me deja dormir por las noches, el calor sofocante. Aunque no puedo quejarme porque ayer dormí bien, necesitaba reivindicar mi incomodidad general por las noches. El calor…qué curiosa la manera en la que juega no sólo con nuestro sueño, sino con nuestro humor en general. El calor que necesita del frío para crear sus combinaciones explosivas. Esta no es una entrada cualquiera, sino una reivindicación nada trascendental que necesitaba contar. Porque a veces, simplemente necesitamos eso: hablar o contar, y que nos escuchen. Sin un motivo aparente, ideas que vuelan a oídos comprensivos. Ideas de personas que colisionan sin brusquedad, pero de repente y sin darse cuenta. [ Sabía que no se podía, pero su rebeldía incoherente era más fuerte y a pesar de todo se metió en la piscina. La noche lo pedía a gritos. Tras una conversación intermitente ella rió. Y di