Conociendo el mundo

Viajar.

Adoro viajar. Me gusta conocer sitios nuevos, especialmente esos que poca gente conoce y están llenos de magia. Obviamente, me gustan las grandes ciudades que concentran tantas y tantas cosas que atraen toda la curiosidad de mi mente inquieta, pero reconozco que tengo cierta debilidad últimamente por viajar en coche y visitar lugares alrededor de mi ciudad (incluso los que están a cientos de kilómetros de ella). 

Aunque, como ya he dicho otras veces, no hace falta irse lejos para encontrar lugares preciosos. Además, la magia ya la añade la gente con la que vas y que hace especial cualquier escapada, porque cada una siempre es única.

Seguro que si os preguntase ahora mismo a cada uno de los que está leyendo esta entrada cuál es el viaje que recordáis con más nostalgia, o la escapada improvisada que resultó ser un acierto, o esa aventura que marcó un momento concreto de vuestras vidas, vendría a vuestra mente un incesante torrente de emociones, de imágenes, de sonrisas, de sensaciones…

Esto me hace pensar en el valor incalculable que tienen las experiencias que vivimos, que son las que nos hacen crecer como personas, las que nos permiten madurar y avanzar, las que forman parte de nuestra vida para siempre y llenan los párrafos, estrofas o versos de nuestra historia. 

Al fin y al cabo, si miráis más allá, la finalidad de cualquier viaje no es la de conocer un nuevo lugar o visitar uno ya conocido, sino de disfrutar del camino y de llenar de momentos únicos nuestra alma (eso es lo único seguro que nos vamos a llevar).

 

¿Cuál es el próximo viaje que queréis hacer?

Siempre,

Day*

P.D: Gracias a todos mis compañeros y compañeras de viaje, no sólo de las escapadas a la aventura y viajes medianamente organizados (que también!), sino a los que me acompañáis cada día en la aventura de mi vida.

[Suena: The Offspring- Want you bad]