Pantallazos de realidad
Sé que me equivoco en
muchas cosas, pero es lo que tiene ser humana. En alguna ocasión mientras
caminaba por la calle me he parado en seco levantando la cabeza del móvil para
mirar a mi alrededor. Tantas personas con sus preocupaciones, sus alegrías, sus
problemas, sus ilusiones…
Si extrapolamos eso al
mundo, el número de personas y de circunstancias provoca hasta mareos. Estamos
tan absortos en nuestra propia realidad que a veces no somos conscientes de que
el resto del mundo también tiene “sus cosas”.
No se trata de “es que
ya no le importo”, “es que ‘x’ le interesa más”, “es que ya no es lo mismo”,
etc. Lo que realmente pasa aquí es que todos tenemos nuevos retos cada día a
pesar de las aparentes rutinas de nuestras vidas y no por ello hay que crear un
drama.
Eso lo aprendí de mi
mejor amigo, alguien a quien a pesar de usar tecnología hasta cuando se va en
moto, sabe que el hecho de que no estemos todos los días en el mismo sitio o
conectados a través de un móvil no significa que pase nada. Simplemente
seguimos viviendo, pero no nos olvidamos de los que son importantes ni de lo
que es importante.
[Los silencios
prolongados no le gustaban. Ella era una de esas personas que tenía demasiadas
cosas en la cabeza y encima le daba vueltas a todo. “¿Qué estará pasando?”
pensó ella. La respuesta le golpeó en la frente. “Nada. Eso es. Precisamente lo
más obvio”. Cogió las llaves atravesando rápidamente la puerta mientras la
pantalla continuaba encendida sobre la cama. Hoy sería un día largo.]
Comentarios
Publicar un comentario