Tiempo que se va...y tiempo que llega

Apenas cuatro horas nos separan del cambio de año. Tiempo que no retrocede, que pasa y no vuelve…y tiempo que llega para que lo disfrutemos y demos lo mejor de nosotros mismos. Porque cada día es una nueva oportunidad para hacer lo que queramos: reír, llorar, amar, perdonar, cantar, bailar, abrazar, besar, enseñar, aprender…en definitiva, es una nueva ocasión de seguir creciendo y de vivir siendo fieles a nosotros, a lo(s) que queremos y a lo que nos hace sentir bien. He pensado mentalmente en mis propósitos, en lo que quiero mejorar y en lo que me gustaría conseguir. Este año no escribiré una lista, sino que teniendo firmes mis convicciones, me dejaré llevar hacia donde la vida me guíe (o mejor dicho…donde las estrellas guíen mis pasos). Veamos si eso de renovarse funciona como tal o hay que pulir el término un poco. Aprovecho esta última entrada del 2013 para desearos todo lo mejor en los próximos 365 días. Sed felices y ya sabéis…a vivir cada día intensamente. [En su ha...