Nunca se sabrá


Dicen que la esperanza es lo último que se pierde, que hay que creer en las personas, que si realmente tienes fe en algo tarde o temprano las piezas del puzle de tu vida encajarán y se derribarán murallas, se crearán puentes y surgirán caminos inesperados.

Honestamente, siempre he creído en ello, en lo bueno de las personas, en la magia de la vida, sus ironías y su ingenio para sorprendente. Puede que esta vez me equivoque, que los senderos conduzcan a otros caminos y los recuerdos se desvanezcan poco a poco con el paso de los días. Pero no pienso arrepentirme de nada, porque peor hubiera sido no haberlo intentado, no haber creído en ello, o que me hubiese ganado la batalla el “y si…”.

A veces no son ni el lugar ni el momento adecuados. A veces, simplemente, no es. Otras veces, cuando parece que nada tenía sentido, es cuando nos damos cuenta de las cosas y salimos corriendo de vuelta hacia ellas. Cada historia tiene sus peculiaridades, sus cosas buenas y malas, sus principios, sus finales o sus “nunca se sabrá”.

Pero lo que todas tienen en común es que es necesario terminar un capítulo y pasar la página para poder empezar a escribir el siguiente.

[Ella paseaba con sus pensamientos siguiéndola de cerca. Vio un diente de león solo en aquel campo tan verde. Lo cogió con cuidado, cerró los ojos y ató sus deseos con fuerza a sus semillas. Abrió los ojos de nuevo y sopló con delicadeza…quizá era una forma inconsciente de demostrarse a sí misma que todavía, en algún rincón de su interior, le quedaba un poco de fe en todo aquello.]

Siempre,

Day*

P.D: Orgullosa de haberle ganado la batalla al "y sí...".

[Suena: Forty Foot Echo - Beside me]

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