Otra vez [yo]


¿Cómo es posible que haya pasado más de medio año? Olvidé los propósitos de año nuevo, los deseos de cumpleaños e incluso lo que quería hacer en vacaciones. Olvidé el momento en que dejé de escribir aquí para hacerlo en papeles en blanco, al margen de un periódico, improvisadamente en una servilleta de papel o en una libreta que creí perdida. No sé qué paso, supongo que todo y nada, las consecuencias del caos cuando destruyen tu rutina y te obligan a inventarte otra a regañadientes.

Por mucho que lo intentes, a la cabeza le resulta muy complicado situarse, se le hace cuesta arriba lo que normalmente hacía de forma automática y todo lo que creías que pasaría simplemente se desvanece. Es entonces, entre tanto desbarajuste, cuando se crean los puntos de inflexión, esos que te empujan a que reacciones y conectes.

Dicen que las respuestas a las preguntas más importantes suelen estar dentro de nosotros mismos. Y quizá yo añada que también es importante salir, observar y escuchar fuera para entender mejor lo que tenemos dentro y a veces no somos capaces de comprender. Son estímulos, chispas que ayudan a ver, oír y discernir con claridad cuando estamos estancados.

Así, incluso los detalles más pequeños son un bálsamo. Como un paseo por la orilla del mar, perderte en otra ciudad, un debate sobre el valor del tiempo en una librería con encanto, el intercambio de palabras, cruzar una mirada amable con un desconocido o leer una frase en un muro como si fuera una señal providencial.

En el fondo, lo único que queremos es volver a sentirnos en nuestra piel, a encontrar nuestro norte, a percibir el camino firme y que nuestros pies no estén a la deriva. A sentirnos en casa otra vez.

Siempre,
Dai*

P.D: Dedicado a los que estáis en un punto de inflexión y a los "Librepensantes" de Pynchon & Co.
[Suena: Nickelback - "After the rain"]

Comentarios

  1. Como dices en otra entrada de 2012:

    “A veces caemos…y nos volvemos a levantar. Otras veces dar un paso supone un esfuerzo sobrehumano, por las circunstancias o por la falta de fortaleza en algunos momentos. En ocasiones preferimos quedarnos estancados, estáticos en el mismo punto. En todos estos instantes es cuando podemos contar con esas manos amigas que, como cuando éramos pequeños, nos ayudan a levantarnos del suelo, a dar un paso más firme, o a dar un paso haciendo que olvidemos las inseguridades y los miedos que nos impiden avanzar.

    Es de agradecer esa compañía en el camino, siempre. Aunque no hay que olvidar que debemos ser capaces de dar pasos por nosotros mismos, sacando toda la fuerza y la vitalidad que en algún rincón de nosotros está escondida (incluso por muy mal que parezca que está todo).

    Es fascinante seguir dando pasos cada día, sintiendo que vamos contando historias, cantando canciones y viviendo lo que queremos vivir en cada momento.”

    Tu blog sin duda es una de esas “manos amigas” de las que hablas. Su autenticidad, su lírica, su deliciosa vitalidad tienen la virtud de rescatarme de lo prosaico del día a día y son una fuente de inspiración para encontrar mi voz más personal.

    El círculo se cierra si a su vez el Club de Librepensadores ha podido ser báculo y sostén en tu trayectoria vital. Bendito el desbarajuste y bendito el punto de inflexión: si la vida es una función, la palabra es la tangente con que pasar de la concavidad de aquellos momentos en que parecemos implosionar a la convexidad de nuestro mejor yo.

    Gracias y mil gracias por tu palabra, por tus palabras: tienen ese efecto mágico, casi taumatúrgico que parece solo reservado a la silenciosa racionalidad de las matemáticas.

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