El lado bueno de las cosas [and shut up]
¡Cállate! Estoy tan cansada de
discutir… Aunque el intercambio de palabras sólo ocurre en mi cabeza. Porque, ¿para
qué crear más conflicto de lo que ya es inevitable?
La paciencia en ese vaso que
rebosó hace tantísimo tiempo ha creado su propio océano. No sirve de nada
cualquier excusa o justificación con la que quiera encontrarle sentido a esos
actos y discursitos tan llenos de resentimiento. Y es que ha llegado un punto
en el que todos estamos equivocados, somos unos farsantes y la única realidad
es la de aquel que no ve más allá de sus narices.
Harta. No por mí, sino por todo
lo que hay alrededor sufriendo las consecuencias de un huracán descontrolado
perpetuo. Porque dentro de todo mi optimismo, por una vez tengo la sensación de
que esta ciclogénesis explosiva no va a remitir jamás.
Qué pena ver cómo se deteriora
lo que podía haber sido algo bueno. Muy bueno. Mientras tanto voy a apagar la
mente por esta noche y mañana será otro día, otra nueva oportunidad para vivir
como hay que vivir, sin que los restos del temporal afecten todas las cosas bellas que nos ofrece la
vida.
[Encendió el motor, subió el
volumen y comenzó a acariciar la carretera. La noche merecería la pena, porque
cuando la gente importante está contigo todo mejora. Incluso más. Y pensó ella:
“Que continúe lo bueno” ]
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