[···...La Chica de Letras ...···]

Tengo la ligera sospecha de que sufro de ‘bipolaridad parcial transitoria’ (no sé si existe en realidad este término, pero siempre me gusta innovar mi diccionario de términos graciosos para situaciones no muy convencionales). Sin incidir en el hecho de que soy una experta en darle vueltas a las cosas (mentalmente hablando, por supuesto), parece que dependiendo del tema que me ronde la mente el número de vueltas se multiplica por mil. Lo peor del caso es que por mucho que quiera controlarme, por más esfuerzos que haga para no pensar, a veces simplemente no puedo callar su mensaje que sigue girando de forma repetitiva. Son muchas las cosas que baremar, procesar y decidir. Otras tantas las que considerar y sopesar. Una minoría las que me gritan “ déjate llevar ”. Y es entonces cuando mi ‘bipolaridad parcial transitoria’ vuelve a hacer acto de presencia, haciéndome querer esto y  después aquello, eligiendo eso y luego pensando que es mejor lo otro, sugiriéndome que lo...

Algunas veces las ocupaciones nos mantienen alejados de lo que nos gusta. Pero debemos reafirmarnos y decir hasta aquí (que es básicamente lo que estoy haciendo hoy). No es casualidad que vuelva a escribir el uno de noviembre, ya que siempre he pensado que es un día de cambio y transición en sí mismo. Me gusta pensar en los períodos de cambio, de evolución y de madurez. Y obviamente para que comience un período así es necesario un día de inicio. Algunos pensaréis que todo esto es algo constante y no os quito razón. Únicamente me gusta verlo como una temporada concreta en la que somos más o menos conscientes de que vamos hacia adelante y ponemos más energía y empeño en mejorar. Estos últimos dos meses han sido eso para mí, meses de empezar cosas, involucrarme en nuevos proyectos, nuevos retos y todo ello con optimismo y fuerza de voluntad (mi asignatura pendiente). Un poco más de sabiduría nunca viene mal, porque es precisamente ella la que nos enseña a volar (primera ...