Zumbidos Nocturnos
Esa batalla campal a chancletazo
limpio a medianoche con ese mosquito acosador que te desea sin miramientos. Ese
momento posterior en el que miras al techo por si acaso hay alguno más. El
calor sigue pegado a ti como una lapa y del sueño ya ni hablamos.
En estos casos lo máximo que
puedes hacer es dejarte vencer por tu mente que sigue dando vueltas a los
mismos temas de los que llevas escapando todo el día. Y es que es cierto que
llegan épocas en la vida en las que tomar decisiones es el único camino viable
para poder ser feliz bajo tus propios términos.
Siento que estoy en una de esas
cúspides, en uno de esos puntos clave en los que me toca mover ficha con todas
sus consecuencias. Poco a poco parece que me estoy escapando de esa zona cómoda
para empezar a vivir como nunca lo he hecho antes. Veremos cuántos mosquitos
más caen antes de mi próximo instante de filosofía nocturna.
[Ella sabía que lo más sencillo
era dejar que los días pasaran sin tomar acción. A fin de cuentas, la vida
seguiría fluyendo. Pero olvidaba que si se limitaba a observar su propia vida,
sólo sería una mera espectadora en un escenario que no era ni por asomo lo que
ella tenía que vivir.]
Comentarios
Publicar un comentario