Contrastes y Descubrimientos

Es curioso cómo se nos pasan los días, entre la música al despertar, el olor a café, el tráfico, la brisa de la mañana, escaleras, odiosos ascensores, extraños conocidos y desconocidos… El reloj sigue andando, a su ritmo constante, y las manecillas nos observan mientras nos preocupamos de cosas que no son tan importantes. Tengo la teoría de que cuando mejor se lo pasan es cuando nos atrevemos a hacer cosas diferentes, cuando somos menos egoístas, cuando hacemos lo que nos sienta bien. Hace unos días, en otra ciudad, tuve la oportunidad de verlo todo desde arriba, desde un ángulo diferente. Hay tantos caminos y tantas alturas que me da un poco de vértigo. El tiempo pareció detenerse un instante mientras estaba en lo alto…y luego prosiguió. Fue una lección, la número tropecientos mil y alguno más: nada de expectativas, aunque lo sepas (o aunque creas saberlo). Nada de nada. No perder el balance, no perderse en esencia. Y es que el contraste es el maestro de las pal...