Rompiendo esquemas

En ocasiones, los días pueden ser como una montaña rusa: empiezan tranquilos, van pasando un poco cuesta arriba (no necesariamente pensemos en ello de forma negativa, son cosas de la rutina), de repente un subidón hacia abajo (aunque parezca contradictorio), un looping que te deja sin saber dónde tienes los pies y dónde la cabeza… Pero son “tus” días. Tuyos. Y por eso hay que disfrutarlos vengan como vengan, intentando hacer lo que consideremos oportuno. Mis días son todos distintos, porque me encanta sentir el efecto de la sorpresa y de lo inesperado (y sí, a pesar de las rutinas “impuestas”, esto es posible). Es la sal de la vida, la emoción de salirse de lo establecido, la adrenalina de un sprint final. ¿La clave? Ser nosotros mismos. Esa fidelidad debe prevalecer si queremos ser felices de manera auténtica. ¿Y si es un mal momento? Tomar la mejor decisión para poder volver a empezar, para renacer de las cenizas…como un fénix. Porque como he dicho otras vece...