Y si llueve...que llueva

No quiero planificaciones estipuladas y puntualizadas, ni que todo sea explícitamente obvio y evidente. Quiero cosas que me rompan los esquemas, que me sorprendan, detalles que no me espere y decisiones espontáneas que se conviertan en lo mejor que podría haber elegido.

Cuando conoces el guión de la película o el diálogo de una obra de teatro, parece que los acontecimientos no son lo mismo, no hay margen de reacción ni posibilidad de verte sacudido por lo inesperado. Todo se convierte en lineal o, en el caso de la vida misma, rutinario. No quiero decir con ello que la rutina sea mala, de hecho un porcentaje de ella es necesaria para el día a día, pero en su justa medida.

El mundo necesita más cosquillas, más carcajadas, más espontaneidad. Hay que llenar las calles de energía positiva, contagiar el optimismo, repartir más cariño y menos palabras hirientes.  

Quiero de lo bueno su parte impredecible.

[Las luces del centro se dibujaban a lo lejos mientras el camino permanecía a oscuras después de abandonar la ciudad. El aire fresco entraba por la ventanilla jugando con su pelo. Ella siempre había dicho que allí las estrellas se veían más cercanas y brillantes que en cualquier otra parte. Era tal la tranquilidad de aquel momento que hasta la música parecía mantener una conversación con el silencio. Entonces él preguntó: “¿Dónde quieres ir?” Y dijo ella: “Donde nos lleve el camino” Los pensamientos quedaron suspendidos en el aire: “y si llueve…que llueva”]


Siempre, 

Day* 

P.D: Dedicado a l@s que se dejan mojar por la lluvia.

[Suena: Imagine Dragons - Demons]

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