Donde tú quieras estar
Dar vueltas en la cama
no siempre es divertido. No ahora mismo, sin compañía y mirando del techo a la
pared, de la pared a la almohada y de la almohada nuevamente al techo después
del octavo suspiro de resignación. Lo llaman “el bochorno del calor del verano”.
Se me ocurren tantas
cosas que podría estar haciendo ahora mismo que es lo único que hace soportable
tanto giro. El pensar en otros lugares, otros instantes, otros aires…Qué bien
se viaja en primera clase en el avión de la imaginación.
Viajaré un poco más.
Sí, ya he encontrado el lugar donde quiero estar ahora. Lo veo con total
nitidez. Estoy allí sentada bajo aquel cielo que tanto me gusta observar, con
esa tranquilidad tan característica, esa magia que todo lo envuelve, con el
sonido del mar susurrante…
Voy a quedarme aquí
esta noche hasta que la mañana me obligue a despertar.
[No se dio cuenta de lo
cerca que estaba hasta que el ronroneo junto a su tobillo la sacó
repentinamente de sus pensamientos. “¿Qué haces tú aquí?” preguntó ella. Con
una caricia se acurrucó mientras el aire se enredaba en su pelo y un suspiro a
su espalda resonó junto a ellos.]
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