Veintiuno [y los recuerdos]


Recuerdos que intento contener en el cajón de los “no es el momento”, recuerdos que vienen en forma de sombras, como a contraluz de aquella ventana en aquel salón aquel día veintiuno hace unos meses.

Qué curioso que precisamente hayan pasado veintiún días sin palabras , veintiún días a base de recuerdos que cruzan mi mente en cualquier momento, sin preaviso: en las nubes grises de todos los días que ha llovido durante las últimas semanas, cuando camino por la calle y encuentro piezas del puzle, en la almohada antes de dormir, agolpados en el techo en las noches de insomnio…

[Y dijo él en un recuerdo: “¿Qué prefieres tú?”]

Veintiuno, un número natural, compuesto, defectivo y el sexto número triangular tras el quince y anterior al veintiocho. Para muchos es el número de la suerte, como en el Blackjack en Las Vegas. Los de espíritu más romántico dicen que veintiuno es el peso del alma.

Para mí, veintiuno fue un día especial en el calendario, por todo lo que trajo consigo sin pedir absolutamente nada. Veintiuno es una cifra sin sentido para muchos y con sentidos para mí. Probablemente, veintiuno sean los días que tienen que pasar todavía antes de los veintiuno siguientes.

[Y respondió ella a su recuerdo: “…la verdad es que me da lo mismo…”]

Según los Mayas, algo pasará el veintiuno del mes que viene. Espero que antes de ese día, la suerte del Blackjack, del peso del alma, de lo defectivo, lo compuesto o lo triangular me regale un nuevo veintiuno tan memorable como el primero.

Siempre,

Day*

P.D: Dedicado a los que se les acumulan recuerdos en cualquier parte (algunos de veintiuno en veintiuno).

[Suena: Nickelback - How you remind me]

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