Abrazos de Caramelo
Noche de reyes. Noche de reinas.
Noche de tradiciones. ¿Pero cuáles exactamente? Me gusta pensar que con el paso
del tiempo cada vez somos más auténticos y creamos las nuestras, propias, originales,
diferentes pero a su vez con un toque de lo que nos enseñaron nuestros padres.
Algunas cosas no se deben perder, porque son parte de nosotros y lo que le da
sentido a quiénes somos.
El valor no está en los regalos,
ni en las comidas, cenas ni sucedáneos. Está en la gente con la que nos
reunimos, en los abrazos que nos damos, en las sonrisas que regalamos y en los
momentos que compartimos juntos. Eso es lo bonito de estos días, pero
deberíamos ser capaces de ir más allá y de extrapolar todo esto al día a día,
para que la magia dure todo el año y el cariño no sea algo puntual ni
comercial.
Por eso esta noche voy a sacar
mi complejo de caramelo una vez más, para seguir siendo fiel a mí misma.
¿Cuánta gente habrá en el mundo perdiéndose el calor de un abrazo? ¿Cuántas
personas se arrepentirán mañana de haber negado una palabra o de no haber dado
un beso?
[Luces de colores alumbrando las
calles, pero por poco tiempo. Gente que abarrota hasta los cruces, ilusiones de
pie en primera fila y paciencia sentada en la segunda mientras contempla la
escena. Ella no quería perderse nada de todo aquello, especialmente sabiendo
que a su lado estaban las personas con las que quería compartir su tiempo, su
risa y su abrazo de caramelo.]
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