Desnudando Recuerdos
El ser humano y su infinita capacidad
de almacenar recuerdos. Algunos muy antiguos, pero tan intensos como si
hubiesen sucedido ayer. Otros muy recientes, pero más difusos. Como suele
ocurrir, todo depende de la importancia que cada persona les da.
En mi caso, los recuerdos están
gestionados de una manera tan poco convencional que siempre me acuerdo hasta de
lo que no debería. Aunque debo admitir que también olvido, en la mayoría de las
ocasiones por despiste ocasional.
Hoy mis recuerdos me han hecho
volar ocho años atrás en el tiempo, pero con la sensación de que hubiera pasado
ayer. Me he dado cuenta de lo muchísimo que he crecido desde entonces, de todas
las cosas que he logrado y de la importancia de tomar decisiones acertadas (a
pesar de haber tardado en hacerlo).
A veces se gana más perdiendo,
aunque se pierda diciendo adiós a
quien hoy ya no está aquí. Una vez más, me quedo con lo bueno y con todo lo
mejor que ha venido después.
[Ella volvió a mirar aquella
vieja caja al fondo del armario. Sonrió y cerró la puerta. Y es que cuando se
cierra una, inevitablemente otra se abrirá. Entonces dijo: “Siempre que me dé
la oportunidad, puede que mañana la vida me vuelva a sorprender”.]
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